João Pimenta da Silva, de 71 años, se resbaló, perdió el equilibrio y murió al caer en la perforación que él mismo había cavado mientras exploraba el hoyo en busca del tesoro con el que había soñado días atrás.
Ocurrió en Minas Gerais, y el hombre contrató a otras personas para que lo ayuden a excavar el profundo pozo debajo de su casa después de haber sido visitado por un “espiritu” en un sueño.
Una vez que el proyecto empezó a tomar forma, el protagonista de esta historia llamó a un vecino de nombre Antônio Wilson Costa, quien aceptó ayudarlo, aunque el desenlace fue el peor: João se patinó, no pudo mantener el equilibrio y murió al caer al pozo que él mismo había cavado.
“Yo estaba aquí trabajando y vino a pedirme ayuda para sacar el agua del pozo. Me llegaba más o menos a la cintura”, explicó el vecino, quien se dedica al rubro empresarial en la zona de Ipatinga, un municipio brasileño del estado de Minas Gerais.
A la hora de brindar más detalles de este curioso -y trágico- hecho, Costa explicó cómo fue la excavación que incluyó la presencia de un biólogo y hasta de una máscara de oxígeno. “Llamó a alguien que se llama Teófilo Otoni, un biólogo del lugar, para evaluar el lugar y empezar a cavar. Empezamos, paramos un día, luego seguimos. Trabajé hasta llegar a los 19 metros. Teníamos un compresor de oxígeno, martillo, bomba. Estaba buscando oro, pero no había nada de oro, encontramos que era agua”, señaló el hombre, quien manifestó recibir 250 reales por día trabajado.