El 5G ya forma parte de prácticamente cualquier teléfono, aunque los primeros experimentos con el 6G ya están sobre la mesa. Ya ha satélites 6G en órbita para probar esta tecnología, países como Corea del Sur están probando algunos proyectos con ella, y España está aprobando las primeras ayudas para usarla.
El dispositivo, desarrollado mediante la colaboración de empresas líderes en telecomunicaciones japonesas como DOCOMO, NTT Corporation, NEC Corporation y Fujitsu, ha logrado transmitir datos a una velocidad de 100 gigabits por segundo a una distancia de 100 metros. Sin embargo, estas aún enfrentan desafíos como la necesidad de bandas de frecuencia más altas y la influencia de factores externos como las condiciones climáticas.
Aunque los resultados del experimento son prometedores, el 6G aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo y es poco probable que reemplace al 5G en un futuro cercano. Aun así, este logro marca un paso crucial en la evolución de la conectividad inalámbrica y promete un futuro emocionante en el campo de las telecomunicaciones.
El 6G, como su nombre indica, será la sexta generación de la conectividad móvil, prometiendo una latencia aún menor que el 5G y mucha mayor velocidad. Aún no se han definido las bandas de espectro que utilizarán, y su comercialización se espera en 2030. Pese a ello, los primeros casos de uso real podrían adelantarse, llegando entre 2026 y 2028.
De hecho, experimentos recientes como el de la escuela de ingeniería aeroespacial de la Universidad de Tsinghua en Pekín ya han mostrado la capacidad del 6G para enviar 1 TB de datos, en tan solo un segundo y a un 1km de distancia.
Territorios como el de la medicina, energía, IA y automoción serán algunos de los principales beneficiados, con una tecnología más eficiente a nivel energético y más capaz a nivel de respuesta.